
En días recientes fue dado a conocer un importante hallazgo. Se trata de un artículo sumamente buscado por los coleccionistas y que por más de ocho lustros fue y vino en el carro de madera de un chacharero de La Lagunilla sin que éste supiera del valor real de dicho objeto, si bien muestra signos del inexorable paso de los años, el instrumento se encuentra en buen estado pese a que a que una madrugada de 1968 salió volando de un auto en marcha y fue a dar justo a la sien de un teporocho que dormitaba a en una calle de la colonia Roma sin precisar el lugar exacto toda vez que después del golpe quedó lelo por 24 horas y no pudo identificar ni el lugar ni a los gamberros que le propinaron el panderazo, suponiendo las autoridades que se trató de algún tipo de venganza dada la leyenda que está inscrita en el cuero del artículo.El objeto en cuestión fue vendido por primera vez en cuatro pesos en el tianguis de chácharas de portales, dinero que ocupó el vagabundo para comprarse unos curitas y unas sal de uvas picott con todo y cancionero, tiempo después (se ignora de que manera) el instrumento fue a parar a La Lagunilla y como se menciona líneas arriba permaneció en poder de un mercader de antiguedades que desconocía del artículo pero al notar el brillo en los ojos de la persona que se dio cuenta del valor histórico del pandero, se dejó pedir importante suma de billetes. El coleccionista (el cual exigió se guardara el anonimato), para comprarlo tuvo que vender su Jarley Deivison y además entregar a cambio la colección completa del capulinita. Actualmente el pandero está guardado en una caja de seguridad de importante institución bancaria. Solamente ha sido fotografiado una vez para darlo a conocer hoy 28 de diciembre día de los Santos Inocentes.
JORGE COSSIO